¿Tienes a menudo las manos y los pies fríos, independientemente de la temperatura? ¿Has notado cambios en el color de la piel o aparición de varices? Estas podrían ser señales de que su sistema circulatorio no está funcionando de manera óptima. La mala circulación sanguínea es un problema común, especialmente a medida que envejecemos o adoptamos hábitos de vida poco saludables. Pero no te preocupes, existen estrategias sencillas que puedes incorporar a tu rutina diaria para mejorar la circulación y promover una mejor circulación.
Indicadores clave a tener en cuenta
Hay varias señales de advertencia que pueden indicar una mala circulación. Preste atención a estas señales:
Manos y pies fríos: si tus extremidades están constantemente frías, incluso en ambientes cálidos, podría ser una señal de que no hay suficiente flujo sanguíneo hacia las partes externas de tu cuerpo.
Cambios en el color de la piel: la decoloración pálida o azulada, especialmente en áreas como las piernas y los pies, puede indicar circulación lenta y acumulación de sangre. Esté atento a estos cambios.
Venas varicosas: las venas hinchadas y retorcidas, que se encuentran comúnmente en las piernas y los tobillos, pueden indicar problemas circulatorios subyacentes. Si notas su apariencia, es importante abordarlos.
Piel seca y escamosa: la piel deshidratada que no responde a los humectantes puede deberse a un suministro sanguíneo insuficiente. Esta es una señal de que tu piel no está recibiendo los nutrientes que necesita.
Disminución del crecimiento del cabello: la caída del cabello y las uñas quebradizas son otros signos de alteración de la circulación periférica. Si ha notado estos cambios, tratar su sistema puede ser útil.
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