Después de usar el limón , reserva las semillas y enjuágalas bien con agua a temperatura ambiente usando un colador. Sécala sobre una toalla de papel y retira con cuidado la piel exterior con unas pinzas.
Luego, coloca las semillas en un recipiente pequeño con un algodón húmedo y déjalas reposar durante al menos una semana. Dentro de este tiempo, de las semillas brotarán pequeños brotes.
Continúe manteniendo un ambiente húmedo para fomentar un mayor crecimiento hasta que los brotes desarrollen raíces. Luego, planta las plántulas en macetas pequeñas llenas de una mezcla de tierra y perlita para asegurar un drenaje adecuado. Proporciona abundante luz, calidez y humedad para convertir sus árboles jóvenes de limón en árboles fructíferos.
Crear una fragancia
Más allá del cultivo, las semillas de limón se pueden reutilizar para crear fragancias para cajones y armarios. Enjuaga las semillas sin quitarles la piel, ya que conservan su aroma natural durante un período prolongado.
Coloque las semillas en una pequeña bolsa de lona y úselas para infundir en cajones, gabinetes o habitaciones un refrescante aroma a limón. Colgarlos cerca de los radiadores en invierno liberará su delicioso aroma.
En esencia, explorar la versatilidad de las semillas de limón ofrece multitud de beneficios, desde cultivar nuevas plantas hasta crear experiencias aromáticas para el hogar.