1. Empieza preparando la salsa. Pela los ajos y la cebolla y pícalos en cuadraditos pequeños.
2. En un caldero añade 4 o 5 cucharadas de aceite, sofríe primero los ajos, hasta que empiecen a cambiar de color. Inmediatamente añade la cebolla, una pizca de sal y deja que se poche a fuego suave durante unos 10 min aprox.
3. Vierte el tomate triturado, el orégano y sal al gusto, remueve, tapa el caldero y deja que se haga a fuego suave, removiendo de vez en cuando para que no se pegue, mínimo 30 min.
4. Mientras se hace la salsa prepara las albóndigas. En una picadora si tienes, y si no a mano pica los ajos pelados y las hojas de perejil, todo muy pequeñito.
5. Pon la carne en un bol, añade los ajos y el perejil picados, el huevo, el pan rallado y sazona al gusto con sal y pimienta negra. Mezcla bien todos los ingredientes, puedes hacerlo con las manos.
6. Forma bolitas con la masa, del tamaño que prefieras, a mí me gusta hacerlas pequeñas, algo más grandes que una nuez, y las vas colocando en un plato.
7. Pon un poco de harina en un cuenco y pasa ligeramente las albóndigas por la harina, sacúdelas un poquito para que no queden demasiado enharinadas.
8. En una sartén pon a calentar un poco de aceite y vas friendo las albóndigas, dándoles vuelta para que queden bien doradas por todos lados. Ponlas sobre papel absorbente y reserva.
9. Cuando la salsa de tomate esté lista, introduce en el caldero las albóndigas, añade el vino, rectifica de sal, remueve con cuidado y deja que se cocine todo junto unos 20 min más.
10. Y listo