Ah, los suaves pliegues del tiempo, que sutilmente van esculpiendo su paso en nuestra piel. Las arrugas, especialmente las que delicadamente marcan el cuello, pueden florecer y hacerse visibles, susurrando historias de nuestras risas y momentos de reflexión, especialmente cuando están adornadas con prendas que revelan un poco más. Con la delicada rendición de la piel al tiempo, perdiendo su antigua elasticidad y firmeza, las arrugas hacen su aparición con elegancia. Si bien borrarlas por completo puede resultar inalcanzable para nuestros dedos, alisarlas se despliega naturalmente a nuestro alcance, y aquí guiamos suavemente sus manos sobre cómo hacerlo.
Bailemos primero en el abrazo de prácticas conscientes que acunan nuestra piel con ternura, lo que podría frenar el vals de las arrugas en nuestro cuello.
Ciertos hábitos, como el sol besando nuestra piel durante momentos prolongados, a menudo susurran los primeros cuentos de arrugas. Bailar por la vida con una melodía dietética rica en frutas y verduras y beber generosamente del cáliz de la hidratación nutre nuestra piel desde adentro. También dejemos de lado con cuidado los alimentos grasos, la carne roja y las harinas refinadas, ofreciendo a nuestra piel un lienzo más suave.
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