Ante la necesidad de intervenir, es necesario pensar qué hacer para lograr un resultado excelente en poco tiempo. Por ejemplo, es posible preparar una olla con agua hirviendo y colocarla en ella. Eso sí, para conseguir este resultado es necesario preparar previamente el frigorífico y sacar toda la comida. Sólo así encaja la maceta.
Espere a que el hielo se derrita y fluya por el canal dentro del dispositivo. De esta forma, el agua creada tras la descongelación se recoge en el canal de drenaje correspondiente. Si este método no te convence o simplemente quieres probar otros, existe una segunda opción.
La base es siempre la misma, es decir, utilizamos agua caliente, pero en lugar de ponerla en una olla, la echamos en un recipiente con un pulverizador. Pulverizar sobre las zonas más afectadas por el hielo. Siguiendo el mismo procedimiento, es posible remojar trapos y luego pasarlos por las partes congeladas. Aquí tienes otro método que puede requerir más esfuerzo por tu parte: usar la espátula antihielo.