Mezclar la harina, la sal y la levadura seca en un bol grande.
Agrega el agua tibia y revuelve bien con una cuchara o tenedor hasta que se forme una masa suave. La masa quedará bastante pegajosa, esto es normal.
Cubre el bol con un paño o film transparente y deja reposar la masa en un lugar cálido durante al menos 12 horas. La mejor manera de hacerlo es pasar la noche.
Pasado el tiempo de reposo, notaréis que la masa ha formado burbujas y ha subido notablemente.
Precalienta tu horno a 230°C y coloca una cazuela de hierro fundido con tapa en el horno para que también se precaliente.
Una vez que el horno y la olla estén calientes, retiramos la olla y enharinamos ligeramente el fondo.
Vierta la masa del bol en la olla. No es necesario amasar ni darle forma a la masa.
Tapa la olla y cocina el pan durante unos 30 minutos.
Luego retira la tapa y hornea el pan durante otros 15-20 minutos hasta que tenga una bonita corteza dorada.
Saca el pan del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla.
Tu pan sencillo sin amasar ya está listo. Disfrútalo recién salido del horno con mantequilla, mermelada u otros aderezos de tu elección.