Una vez que la masa haya levado, estírala en una superficie ligeramente enharinada formando un rectángulo de aproximadamente 1 cm de grosor.
Unta la mezcla de manteca y azúcar sobre toda la superficie del rectángulo de masa.
Enrolla la masa desde uno de los bordes largos para formar un cilindro.
Corta el cilindro en rebanadas de aproximadamente 3-4 cm de grosor y colócalas en una bandeja de horno previamente engrasada o forrada con papel pergamino, dejando espacio entre cada rebanada para que puedan crecer durante la segunda fermentación.
Segunda fermentación:
Cubre las rebanadas de masa con un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante unos 30-40 minutos, o hasta que hayan crecido nuevamente.
Horneado:
Precalienta el horno a 180°C.
Antes de hornear, vierte la crema de leche sobre las rebanadas de masa, asegurándote de que queden bien impregnadas.
Hornea el pan dulce durante 20-25 minutos, o hasta que estén dorados y cocidos por dentro.
Enfriado y servicio:
Una vez cocidos, retira los panes del horno y déjalos enfriar ligeramente en la bandeja antes de transferirlos a una rejilla para que se enfríen por completo.
Estos panes dulces se pueden disfrutar solos o acompañados de un poco más de crema de leche, mermelada, o incluso un toque de chocolate derretido.
Consejos y Conclusión
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