Mezcla el agua, el aceite y la sal en un bowl. El agua tiene que estar tibia cuando agregues la levadura, pues esto te ayudará a que la masa fermente más rápido. Recuerda que la sal se mezcla con el agua y aceite primero porque no puede agregarse directamente a la levadura, ya que la mataría y ya no fermentaría.
En la mesa forma un volcán con la harina y agrega poco a poco la mezcla de agua, sal y aceite. Cuando agregues todo el líquido puedes agregar la levadura. Mezcla todo perfectamente.
Coloca la masa en un bowl cubierto con aceite de oliva para evitar que se pegue.
Barniza la masa para pizza con aceite de oliva y cubre con un trapo para que no se seque.
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