Preparación:
Sazonar y cubrir: comience por sazonar las pechugas de pollo con sal y pimienta. Pase cada pieza por harina, sacudiendo el exceso. Este paso garantiza una hermosa corteza dorada y ayuda a espesar la salsa más adelante.
Dorar el pollo: En una sartén grande, derrita la mantequilla a fuego medio-alto. Agregue las pechugas de pollo y cocine hasta que estén doradas por ambos lados y bien cocidas. Retire el pollo de la sartén y reserve.
Salteado de ajo: en la misma sartén, agrega el ajo picado. Saltéalo durante aproximadamente 1 minuto o hasta que desprenda un aroma fragante pero no se dore. Esto le dará el sabor base al glaseado.
Crea el glaseado: en la sartén, agrega la miel, la salsa de soja, el vinagre y la pimienta negra molida. Deja que la mezcla hierva a fuego lento durante un par de minutos hasta que espese un poco.
Glasear el pollo: devolver el pollo a la sartén y verter el glaseado de miel y ajo sobre cada trozo para cubrirlo bien. Cocinar durante 2 o 3 minutos más, asegurándose de que el pollo esté bien cubierto y que el glaseado se haya caramelizado.
Servir: Coloque las pechugas de pollo en un plato y rocíe el glaseado restante de la sartén por encima. Adorne con pimienta negra adicional o hierbas frescas si lo desea.
Conclusión:
Esta receta de pechuga de pollo con miel y ajo es una prueba de que los ingredientes simples pueden crear un plato lleno de sabor y atractivo. Fácil de preparar y delicioso de comer, es una comida perfecta para cualquier día de la semana. Disfrute del pollo tierno con su glaseado brillante y sabroso y es posible que nunca vuelva a ver la pechuga de pollo de la misma manera. ¡Brindemos por un plato que es tan divertido de preparar como de devorar!