Preparación:
Precalienta el horno a 200°C (400°F). En una sartén grande resistente al horno, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Mientras tanto, sazona los solomillos de cerdo con sal y pimienta al gusto. Cuando el aceite esté caliente, añade los solomillos de cerdo a la sartén y dóralos por todos lados, aproximadamente 2-3 minutos por cada lado. Una vez que los solomillos estén dorados, retíralos de la sartén y colócalos en un plato. En la misma sartén, añade los ajos picados y cocina durante 1-2 minutos, hasta que estén fragantes pero no dorados. Agrega el vino blanco a la sartén y raspa los trozos dorados del fondo con una cuchara de madera. Cocina por unos minutos para que el alcohol se evapore. Añade el caldo de pollo o agua a la sartén y coloca los solomillos de cerdo de vuelta en ella. Transfiere la sartén al horno precalentado y cocina los solomillos de cerdo durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén cocidos por completo y alcancen una temperatura interna de al menos 63°C (145°F). Una vez cocidos, retira los solomillos de cerdo del horno y déjalos reposar durante unos minutos antes de cortarlos en rodajas. Sirve los solomillos de cerdo al ajillo, acompañados de la salsa de vino blanco y ajo, y decora con perejil fresco picado si lo deseas. ¡Disfruta de este delicioso solomillo de cerdo al ajillo con tu familia y amigos! Puedes acompañarlo con patatas asadas, arroz o una ensalada fresca.